Un exterior totalmente blanco, limpio y con una sola ventana se contrapone a un interior abierto, luminoso y donde se mezclan ingeniosamente distintos tipos de maderas, tanto en revestimientos como en muebles o carpinterías. En esta casa situada en Japón y realizada por el estudio mA-Style Architects se puede apreciar un cuidado estudio del espacio y de los materiales.
A pesar de contar con una única ventana, su interior goza de gran luminosidad gracias a la articulación de la vivienda a través de un patio interior central que conecta dos volúmenes independientes. Cuando las grandes correderas del patio se abren por completo, todo el interior se convierte en un único espacio continuo.
La esencia de esta casa es el uso ambiguo de los espacios. Según explican los propios arquitectos "cuando una persona quiere leer con calma, Idokoro se convierte en una biblioteca; cuando quiere comer; Idokoro se convierte en un comedor; cuando quiere estudiar o trabajar, se convierte en una oficina..." Cada habitación es suceptible de ser usada en función de las necesidades o el estado de ánimo de la persona que la habita.
A pesar del aire minimalista de la vivienda, las carpinterías de madera exteriores de las ventanas y correderas son un guiño a la arquitectura tradicional japonesa.
El interior se caracteriza por los particulares revestimientos de pared que combinan diferentes tipos y texturas de madera y se mezclan con muebles a medida de líneas rectas y escaleras de mano también de madera de mano por las que se sube a las distintas estancias superiores.
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