Ubicado en una suave pendiente al borde de un espectacular cañón, este proyecto al que dedicamos el post de hoy está proyectado por Hennebery Eddy Architects y es un excelente ejemplo de conservación ambiental del paisaje que lo rodea, en gran medida por el empleo de madera de cedro rojo americano que envuelve el edificio.
La escuela sin fines de lucro promueve el aprendizaje experimental en medio de un entorno natural que se expresa arquitectónicamente en sus conexiones espaciales, terrazas y vistas hacia el paisaje, además de la ventilación natural, el uso de materiales sostenibles y una abundante luz natural que inunda el interior a partir de tragaluces. Una planificación cuidadosa que logra no interferir en el paisaje del cañón, para ello incluso los aparcamientos anexos al edificio se "tejen" cuidadosamente entre los árboles existentes.
Una de las claves del proyecto fue la elección de los materiales, que contribuyeron a la armonía generada en el proyecto, paneles de cedro rojo revisten exterior e interior del edificio en combinación con una estructura de cedro laminado con estudiadas uniones en acero, una perfecta combinación de materiales. Entre los paneles de madera surgen espontáneamente tiras verticales de vidrio que hacen permeable el edificio de forma que relacionan al estudiante con el paisaje circundante.
Cedro, hormigón y acero dan como resultado un proyecto elegante y de diseño, que apuesta además por la conservación ambiental.
El proyecto también presta especial atención al aprovechamiento energético conseguido gracias a un campo geotérmico debajo del gimnasio, que es la fuente primaria de energía, que junto con la elección de materiales logran una edificio sostenible.
Una explosión de diseño, tecnología y sostenibilidad logrando una perfecta fusión con el paisaje en gran medida gracias a la elección de la madera como material idóneo para conseguirlo.
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