14 de diciembre de 2011

Tarimas de madera de exterior


La elección de una tarima de exterior depende de diversos aspectos que van desde cuestiones estéticas a otras más funcionales.

Podríamos comenzar hablando del tipo de madera a elegir, siendo en este caso las de origen tropical _ipé, cumarú, massaranduba, irocco, teka..._ las más recomendables por su propia durabilidad natural;  tarimas de origen nacional por ejemplo el pino en sus distintas variantes, requieren de unos tratamientos en autoclave que garanticen la penetración en ellos de productos que impidan el ataque de agentes xilófagos, y dichos tratamientos confieren a la madera un color verdoso.

La colocación de estas tarimas se realiza previa nivelación de la base existente, mediante la colocación de unos rastreles inferiores _generalmente de pino tratados en autoclave_ que se colocan perpendicularmente a la dirección de la madera, y con una separación que dependerá del grueso de tabla pero que oscila entre los 35-45cm. La disposición de los mismos debe evitar que las uniones por cabeza de las piezas de madera queden en medio de los vanos ya que estarán sometidos a una flexión que podría provocar torceduras en las piezas.


En ocasiones las pendientes que han de cubrirse son muy altas por lo que los rastreles se elevan sobre plots de plásticos que van unidos a la base con colas de poliuretano.
La unión de la tarima a los rastreles puede realizarse con tirafondos vistos pero hoy día lo más usado son grapas y tirafondos de acero inoxidable que se introducen en el machihembrado de las propias piezas, de forma que queda todo oculto. Las duelas quedan separadas aproximadamente unos 5mm y es por dicho hueco por donde se produce la evacuación de aguas de lluvia que discurrirá por las pendientes inferiores.

No es el agua el enemigo principal de estas tarimas, que como decíamos poseen una durabilidad natural muy alta, sino que es en muchos casos la degradación por rayos ultravioletas la que provocan el deterioro del material. El tratamiento de estas tarimas es fundamental para evitar que la madera pierda su color natural, de forma que es necesario aplicar aceite a la misma al menos dos veces al año, siendo recomendable una mayor frecuencia de mantenimiento en zonas donde las horas del sol se prolonguen en exceso, por ejemplo Sevilla.

Tarima de madera de exterior de MASSARANDUBA aceitada colocada sobre rastreles de pino cuperizado alzados sobre plots de plásticos. Gubia
Tarima de madera de exterior de IPÉ aceitada instalada sobre rastreles de pino cuperizado con sistema de fijación invisible. Gubia


Más información sobre suelos de madera colocadas por Grupo Gubia: Tarimas de madera exterior

1 comentario:

  1. hola, mi nombre es Daniel,
    me podrías mandar mas datos de este tipo de instalaciones?
    danhibo@hotmail.com

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