Hace unas semanas visitamos este equipamiento dotacional localizado en el sur de Lugo, acompañados por uno de los arquitectos autores del Proyecto, Xosé Carreira, y hoy queremos compartirlo con vosotros.
El edificio, se sitúa en la zona central de un conjunto de bloques de viviendas de gran altura, en una parcela con un acusado desnivel. La mayor parte del programa se resuelve en una única planta a la que se accede por el lado más alto del solar, dejando así que la zona de juego de los niños fluya por debajo del edificio y contribuya con ello a la continuidad del espacio público cercano, el bosque de pilares que eleva el volumen de madera se convierte en zona cubierta para días de lluvia, algo similar a lo que ocurre "nas nosas carballeiras; o espacio de relación, de festa, de encontro..."
El edificio, de forma longitudinal, fue concebido en origen como refugio o cabaña de madera inserta en un bosque y recuerda en su configuración a los hórreos gallegos. La madera fue el material elegido para construir una edificación modular donde la homogeneización de soluciones constructivas se convirtió en una premisa. Cerramientos, cubierta y forjado se ejecutan de una manera muy parecida, un entramado interior con distintos revestimientos en función de las necesidades de aislamiento acústico y térmico, impermeabilización y confort que cada elemento requiere, aspecto éste al que los autores del proyecto prestaron especial interés.
La estructura, realizada con madera laminada de pino norte, está formada por pórticos de cadencia regular con encuentros entre vigas y pilares resueltos con pletinas de acero en alma y uniones empernadas. Los arriostramientos que dan estabilidad longitudinal al edificio se resuelven mediante las celosías exteriores fabricadas con madera de irocco, de forma que no solo cumplen un papel transcendental en el juego de luces y sombras del edificio sino que poseen una función estructural importante. Como arriostramiento son también usadas las cruces de San Andrés metálicas que se disponen en los planos horizontales de una forma que pasan desapercibidas. El encuentro de los pilares de la estructura con el suelo responden a articulaciones separadas del suelo con un correcto diseño en aras a la durabilidad de la propia madera.
Toda la carpintería exterior y las celosías se fabrican con piezas macizas de iroko, integrándose con las piezas de haya usadas en la carpintería interior.
La rampa está formada por un entramado de tablas de pino norte tratado sobre correas también de pino norte.
Interiormente el edificio se reviste también con madera, utilizando una tarima flotante de merbau en el suelo y tableros de haya en paredes.
Numerosos son los detalles del edificio realizados en madera, como las luminarias colocadas en techos y pilares diseñadas y fabricadas a medida con tableros contrachapados de okume teñidos. O los canalones que recogen las aguas pluviales.
Planimetría facilitada José María Alonso Montero y Jose Ángel Carreira Montes
Una opinión personal: es una guardería oscura, triste y muy incómoda para niños tan pequeños, con esquinas y bordes donde es fácil golpearse. No parece estar pensada para niños. No hay espacios para jugar y desde dentro las lamas de madera se perciben como un enrejado. Es una sensación bastante agobiante.
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