10 de abril de 2014

La madera, mecanismo de control climático en la Arquitectura


Los cambios dimensionales de la madera debido a las variaciones de las condiciones ambientales, es una de nuestras preocupaciones cada vez que estudiamos un detalle constructivo realizado con madera. 

Leyendo acerca de este fenómeno encontramos el Pabellón Sensitivo, proyecto que hoy queremos compartir con vosotros. A nosotros nos dejó impresionados, pues es precisamente la respuesta innata de la madera al clima, el tema en el que se centra este interesante proyecto de investigación.


El proyecto fue encargado por el FRAC Centre de Orleans para su colección permanente y se expuso por primera vez en ArchiLab 2013. Es un proyecto dirigido por el arquitecto Achim Menges, profesor de la Universidad de Stturgart, que centra su trabajo en el diseño morfogenético, la ingeniería y la fabricación asistida por ordenador.

El pabellón en cuestión explora las posibilidades de una arquitectura adaptada al clima en el que se sitúa. Una piel de madera se abre y cierra autónomamente, aprovechando la respuesta de la madera ante los cambios en su contenido de humedad.



Generalmente en la arquitectura se incorporan complejos mecanismos mecánicos o electrónicos para regular la influencia de los agentes medioambientales en el interior de un edificio, sin embargo en el Pabellón Sensitivo, la propia estructura de la madera y su capacidad de respuesta al clima es la máquina en sí.


La piel de madera está formada por módulos construidos con láminas de madera contrachapada planas que se curvan aprovechando el comportamiento elástico del material, la propia piel es en sí estructura soporte y piel sensible.



Análisis estructural de la configuración modular a través del método de los elementos finitos

Una abertura es practicada en la superficie cóncava de cada módulo a modo de receptor del clima exterior, de forma que la apertura o cierre de esas piezas se produce por la diferencia dimensional inherente a una capa exterior de madera con células de paredes gruesas, largas y densamente empaquetadas, y una capa interior que permanece relativamente estable. El cambio dimensional que resulta se traduce en un cambio en la forma de las piezas que se abren o cierran.

El rango de humedad en el que trabajan van del 30% al 90% abarcando por tanto las situaciones de un sol y lluvia de un clima moderado. 

Dentro del pabellón las sensaciones espaciales y ambientales varían sutilmente según el delicado movimiento de la piel de madera que siente y reacciona ante los cambios higroscópicos.




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