Todos fuimos testigos de cómo se venía abajo la seguridad Estados Unidos el pasado 6 de enero en el asalto al capitolio y de los artefactos que fueron destruidos.
Es por eso que más de uno se preguntará, ¿Qué es lo procede cuando pasa una situación de este nivel?
La destrucción de puertas, molduras, podios, mesas y ventanas de madera con sus tallados es incalculable. ¿Cómo reconstruir tantos años de historia? Al día de hoy, la caoba usada para la carpintería del capitolio está protegida y es imposible conseguirla.
Aquí entra en la historia Robert Ross, un ingeniero forestal que lleva más de 30 años trabajando en FPL Forest Products Laboratory, un laboratorio de productos forestales cuya misión es crear conciencia para la conservación de la madera. En sus almacenes secretamente se guardaban 78 piezas de caoba de más de 100 años, perfectas para la renovación del recinto.
Dichas piezas que esperaban en la estantería desde 1919 formaban parte de los primeros estudios que FPL realizaba a la madera durante la primera guerra mundial, sus propiedades y el desempeño como material bélico, de hecho, se encontraron registros indicando el mismo tipo de caoba siendo estudiado para hélices de aviones, aunque no se puede asegurar que lo que se encontraba en el almacén se trate de la misma partida.
Más de 1000 km de distancia y en menos de una semana llegó cuidadosamente empacada la partida de caoba que restaurará el edificio que representa la democracia de Estados Unidos, golpe de suerte o no, nosotros estaremos pendientes para ver los resultados.
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