Hoy os traemos una pasarela de madera diseñada por el estudio de arquitectura DVVD que nos ha parecido realmente impresionante.
Ubicado en el Boulevard Périphérique, el paso elevado conocido como Claude Bernard es el enlace entre París y Aubervilliers, hito en el cambiante panorama de la capital. Este distrito de París se ha desarrollado reconsiderando la densidad urbana, la compacidad y la multifuncionalidad en aras de un enfoque medioambiental más coherente con el plan de acción climática de la ciudad.
Una estructura curvada de casi 100metros de longitud, hace de conexión sobre un trazado de fuerte tráfico rodado, convirtiéndose en un elemento simbólico en el paisaje.
“Nuestra intención principal era crear un vínculo visual fuerte y continuo entre los dos lados de la carretera de circunvalación. Esto argumentó naturalmente a favor de una estructura arqueada, que sugiere caminar, cruzar y dar un paseo tranquilo”. Daniel Vaniche
¿El mayor reto técnico del proyecto? El montaje de todo el elemento en una sola noche. Para ello se instalaron a cada lado del paso los pilares y sus respectivas escaleras, de forma que la sección central, _completamente terminada_ se ancla a ellos en tiempo récord.
La estructura de soporte son dos arcos de inercia variable tridimensionales, ocultos por un revestimiento de listones de madera maciza de roble en secciones de 40x80mm con separaciones variables entre ellos, que hacen las veces de protección. Esta solución mejora la inercia de las vigas estructurales y reduce el peso, _inferior a 270 toneladas_ pudiendo levantarse con una sola grúa.
La distancia entre las escuadrías de madera varían según la visibilidad del entorno que se quiere dar al peatón. "La arquitectura se ha desarrollado para dar varias lecturas, gracias a sucesivos filtros hechos de listones de madera: las visiones oblicuas se desdibujan, tranquilizando a los peatones atenazados por el ruido o la velocidad, mientras se abren vistas longitudinales del bosque lineal y vistas transversales transparentes para vehículos".
Este paso elevado se concibe como un espacio que da cabida a todos, ciclistas y peatones por igual. Sus dimensiones, a escala de calle, aseguran su accesibilidad.
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