De la mano del estudio AAVP Architecture, este edificio mixto se ha convertido en un referente en el barrio de Tolbiac por el impacto de sus fachadas de madera en contraste con el contexto donde se enclava y, las singulares dinámicas del concepto habitable que han querido promover.
Una idea sencilla pero esencial guía la concepción de este
edificio residencial, el sentido de la vivienda, postulando
que un buen edificio de viviendas sabe jugar con los conceptos de estética,
economía y calidad de vida al unísono. Sin ignorar las dimensiones funcionales
de la arquitectura, este proyecto intenta llevar la vivienda hacia las
múltiples formas de habitar, explorando la expresividad de los materiales, en
este caso la madera como elemento explícito más notable en su envolvente, así
como el potencial de los espacios comunes y la disposición de las tipologías,
la relación con el lugar y su historia.
Un proyecto mixto de hormigón y madera
El diseño del proyecto es guiado por esa dualidad entre materiales: madera y hormigón. Mientras que el hormigón es empleado en la estructura principal del edificio, la madera de alerce _dispuesta a modo de lamas de forjado a forjado_ se convierte en protagonista de las envolventes. Otra especie, concretamente pino Douglas es empleado en el revestimiento de forjados y balcones, así como en los montantes verticales que reticulan las galerías compartidas de fachada. El tratamiento en autoclave les confiere una tonalidad oscura, evocando las fachadas de los antiguos almacenes industriales de la ciudad, un aspecto intencionadamente buscado para resaltar tanto las cualidades táctiles del material como sus cualidades visuales.
Un aspecto de interés es la elección del material y su viabilidad. El estudio decidió implementar la madera maciza para los elementos verticales de la fachada, acercándose a expresar la forma natural del elemento, e implementó elementos laminados encolados para la creación de vigas curvas que soportan los espacios comunes. Un sutil desplace regula la colocación de los postes verticales de los balcones. No siguen un patrón regular, están desplazados lateral y verticalmente en cada nivel, animando la fachada y aumentando la superficie de los balcones.
Los intersticios se convierten en espacios comunes en el lado colindante con el patio, tanto terrazas como plazas, con corredores comunes que unen visualmente los distintos niveles.
El bloque adyacente al patio está coronado, además, con un jardín en la cubierta que sirve de espacio de cultivo. Los bloques más altos, se retranquean en los últimos niveles acogiéndose a la ley urbanística de fachada, convirtiendo las galerías en corredores al aire libre, lugares que proporcionan además un espectro panorámico visual del barrio, pudiendo vislumbrar el perfil urbano de varias décadas de evolución.
En la zona del patio, lugar de encuentro y descanso, surge otra
tipología de fachada, disímiles celosías plegables
verticalmente, compuestas con la misma distribución de lamas que la
fachada. Estas logran proveer de una doble lectura al espectador desde el punto
estético y visual, dejando un volumen casi ciego en su versión cerrada y un volumen permeable cuando están plegadas. Se convierten en elementos que ofrecen una protección al sol a los espacios exteriores de los apartamentos aportando un mayor beneficio ambiental.
Aquí, uno de nuestros proyectos relacionados con celosías verticales móviles.
Sin dudas, este inmueble distintivo, ya se ha convertido en un sitio de referencia en esta localidad, por su uso casi total de la madera tratada en su envolvente y además por su configuración espacial en términos tipológicos de vivienda y espacios comunes.
En este caso, la madera nuevamente otorga calidez en la percepción visual del edificio a la vez que constituye un recurso de reinterpretación de los antiguos conjuntos industriales. El nuevo inmueble reinterpreta y rescata los valores históricos del sitio, aspecto que le confiere y refuerza su propia connotación.
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