La impresionante fachada realizada con listones verticales de madera
reciclados del Museo Marítimo realizado por el estudio de arquitectura
Mecanoo en Texel recupera la antigua tradición de la isla de utilizar
madera de viejos barcos para construir sus casas y graneros. El edificio
transporta a los visitantes a la época del siglo de oro holandés.
El proyecto está basado en múltiples referencias al mar, desde la
utilización en su fachada de elementos que "el mar ha devuelto a la
tierra" hasta el perfil de sus cubiertas asimétricas que desde lejos
recuerda a las olas que rompen en los diques de los barcos.
En el interior, la presencia de la madera no es tan fuerte
como en el exterior, se usa principalmente en los techos de madera de
algunas salas, realizados con listones, la escalera principal y algunas
partes del mobiliario. Sin embargo, está presente en todos los espacios
gracias a la fachada acristalada que envuelve el edificio y que protege
la celosía de madera exterior, la cual crea un interesante juego de
luces y sombras y ofrece al visitante una particular visión del cielo,
el pueblo y los jardines del museo.
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