Al recuperar los antiguos revestimientos de madera de pino de esta antigua granja abandonada y combinarlos con materiales nuevos y toques de color los arquitectos consiguen crear este pequeño refugio totalmente contemporáneo donde se sigue respirando cierto aire de nostalgia. Un proyecto sin pretensiones, donde la sencillez, los materiales y la relación directa con la naturaleza son las premisas fundamentales.
La intervención más fuerte, fue la apertura del espacio interior mediante la eliminación de gran parte de paredes y techos. Con esto se consigue crear un gran espacio a doble altura donde se encuentran salón y cocina. Una caja de almacenamiento en la planta superior se vuelca hacia la sala de estar delimitándola en altura y marcando la transición hacia el pasillo biblioteca.
En
el pasillo de planta baja se ha creado una zona de biblioteca. El
alféizar de la ventana se amplia permitiendo que funcione como pequeño
escritorio. Las puertas de la habitación se lacan en el mismo color azul
que las estanterías y el alféizar para integrarlas visualmente en el
conjunto de la biblioteca.
En la ducha vuelve aparecer esta la combinación de colores combinando una pared divisioria de cedro con otra de azulejos azules.
En el corazón de la casa se instala una estufa de dos caras marcando la unión del antiguo suelo de madera con el nuevo de hormigón pulido.
En la planta superior el color elegido para contrastar con la madera es el naranja. La puerta de paso a la habitación se oculta en el revestimiento de pared manteniendo su carácter íntimo.
Fotografía: Thomas Ibsen. Laura Stamer.
Más información:
http://www.dwell.com/house-tours/slideshow/idyllic-swedish-summerhouse#1
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