“Las casas, de trabazón de madera, con sus aleros voladizos,
sus salientes y entrantes, las líneas y contornos que a cada paso
rompen el perfil de la calleja, dan la sensación de algo orgánico y
no mecánico, de algo que se ha hecho por sí, no que lo haya hecho
el hombre” Miguel de Unamuno
Tras unos días de descanso volvemos para seguir hablando de madera, concretamente de nuestra visita al valle de la Vera y sus casas de entramados de madera. Esta cita de Unamuno en sus Andanzas y visiones españolas, resume nuestra experiencia, una experiencia que enamorará a cualquiera de los amantes de este noble material.
Siempre me ha entusiasmado el uso tradicional de la madera, el
empleo que de ella han hecho los carpinteros artesanos, y estas casas
serranas de Extremadura, no han hecho más que incrementar mi
interés.
Los paseos por Jaraiz de la Vera, Cuacos de Yuste, Garganta la
Olla... son un deleite para cualquier arquitecto y más para los
interesados en la construcción con madera. Las fachadas y medianeras
de cualquier construcción dejan intuir su esqueleto, montantes
verticales y refuerzos sobre los que apoya la techumbre también de
madera y cuyos huecos posteriormente se rellenan con adobe, tapial o
ladrillo.
Las plantas inferiores, de sillares o mampuesto, aislan de la humedad estas estructuras. Voladizos de grandes dimensiones amplian las estancias en las plantas superiores a la vez que protegen de la lluvia a las inferiores y, acusados aleros prolongan los faldones de cubierta con el mismo fin.
Un variado repertorio compositivo podemos encontrar en cada callejuela: portales con pies derechos de madera, solanas retranqueadas o voladas con antepechos de madera, marcos macizos de madera en ventanas...
Incluso alguna cercha tradicional que te sorprenderá por su solución constructiva.
¿Os animáis a visitarlo?
Más información: “Arquitectura popular de La Vera de Cáceres”
de Rafael Chanes y Ximena Vicente.
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