Arquitectura en su más pura esencia. Es lo primero que, en GUBIA, nos ha venido a la cabeza al descubrir esta vivienda contemporánea ubicada en Liubliana, la capital de Eslovenia. Son 340 metros cuadrados de vanguardismo absoluto ideado y proyectado por el estudio OFIS Architects para una familia de tres miembros nada convencional.
Bajo el nombre que los arquitectos le han otorgado, "Criss-cross envelope", la construcción nos evoca el tradicional juego del "tres en raya" y se levanta con una geometría cúbica absolutamente escrupulosa para un vecindario con grandes contrastes a nivel de urbanismo, que cuenta -por cierto- con una antigua muralla romana relativamente cercana a este edificio.
Pues bien, dicho contraste es lo que este proyecto en su conjunto también pretende emular. Mientras el exterior se ha tejido milimétricamente a base de piezas de hormigón y paramentos de vidrio, al espacio interior se le ha dado forma a través de una serie de volúmenes puros de madera de roble. La naturaleza tan extremadamente distinta de estos materiales, con cualidades formales y mecánicas tan divergentes, ha dado lugar a una construcción así de interesante. Está llena de matices, texturas y es provocadora de sensaciones muy dispares.
Si nos adentramos en el interior de la casa, vemos claramente cómo el diseño sigue una línea de limpieza visual muy potenciada, con espacios completamente diáfanos, zonas conectadas entre sí y líneas rectas y depuradas con paramentos continuos que apenas son interrumpidos. Todo ello envuelto y revestido en una hermosa "cáscara" de roble creada con tableros macizos y lamas de este material.
Según estancias, la madera va recorriendo los suelos, paredes y techos de la vivienda para dotar a todo el interior de una continuidad visual, un ritmo y un equilibrio cálido de lo más sofisticado. Por zonas, los límites verticales y horizontales de los tableros de roble albergan espacios ocultos destinados al almacenaje que van dando servicio y equipamiento a las diferentes estancias. En el corazón del primer nivel de la casa, una caja de roble central da cobijo a una amplia escalera del mismo material que guía los pasos de los habitantes hasta el nivel superior, dónde se concentran los espacios de uso nocturno y privado.
Prestando atención al exterior de la vivienda, destaca la estructura de las cuatro fachadas compuestas por cubos de hormigón superpuestos creando una disposición casi piramidal. Paneles perforados cubren cada uno de ellos y diferentes surcos salpican a la vez el material para ofrecer una mayor sensación de geometría y ritmo, así como textura al exterior.
En definitiva, los arquitectos han sacado el máximo provecho a las características estéticas de los materiales empleados que se alían con maestría en el diseño de la arquitectura general y confieren una sensación equilibrada entre la calidez y la frialdad estética que cada uno de ellos proporciona.
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