3 de septiembre de 2016

Un recorrido por las pasarelas de madera de Passadiços do Pavia


Volvemos de vacaciones con fuerzas renovadas y mucho que contaros tras nuestro esperado viaje de verano. Esta vez ha tocado el Norte de Portugal y Sur de Galicia y hemos tenido la oportunidad de recorrer sitios que estaban en nuestra lista de tareas pendientes.


Empezamos compartiendo con vosotros nuestra visita a los Passadicos do Pavia, un recorrido a través de la geología, biología y arqueología casi “mística”. Una ruta de senderismo en la que 2000m3 de madera se despliegan a lo largo de ocho kilómetros y setecientos metros de escaleras en el municipio de Arouca, distrito de Aveiro, Portugal.


La firma de ingeniería Trimétrica ha proyectado este recorrido en la margen izquierda del río Paiva, entre las playas fluviales de Areinho y Espiunca, atravesando la playa de Vau. 


Se trata de una ruta lineal, que puede comenzarse en Areinho, con una bajada de 200m resuelta con unas impresionante e interminables escaleras de madera que zigzaguean sin tocar el suelo o bien desde Espiunca, con un recorrido más llano en el que las pasarelas de madera dinamizan el recorrido, suspendidas en unos tramos e insertas en las rocas en otras, integrándose plenamente con la Naturaleza.



Nuestra visita tuvo que comenzar en Espiunca debido a que un incendio a principios de Agosto impedía visitar la mitad del recorrido, es decir desde Vau a Areinho. Una pena pues se trata del segundo incendio desde que se inauguraron el verano pasado.


El recorrido es de una belleza única, descenso de aguas _acusadas en épocas de lluvia_ , cristales de cuarzo, variada y protegida vegetación, especies en peligro de extinción, altos eucaliptos y robles... 


Pero además las propias pasarelas te cuentan historias de la Naturaleza. Madera laminada en largueros y viguetas, madera alistonada en pasamanos, entablado como superficie de pisada y tablas de madera como protección de las propias pasarelas. Cada pieza única, con nudos, gemas, médula... todo un repertorio de singularidades de la madera.


El anclaje de las pasarelas, uniones empernadas a elementos metálicos se hace de la misma forma que se traza el recorrido,  es decir, casi ´sin tocar` el lugar por donde pasa.


Las pasarelas van quebrándose adaptándose al margen del río, pasando por zonas más estrechas y otras en las que el espacio se ensancha y da paso a un inquietante mirador que casi llega al nivel del cauce _cuando éste va lleno_ 



A mitad del recorrido, en nuestro caso casi el final, se encuentra la playa fluvial de Vau, una tranquila zona en la que es posible disfrutar de un relajante baño en frías pero transparentes aguas o a tomar un temtempié para continuar el camino hacia Areinho. Cuando el cauce va lleno cuentan que los sonidos de los pájaros se mezclan con los del agua anunciando una zona de rápidos que atraen al lugar a aficionados del rafting.


Unos metros más adelante el río vuelve a ensancharse y aparece un puente colgante con piso también de madera que atraviesa el cauce hasta el margen opuesto, aunque ese tramo queda cortado esperando quizás una posible ampliación, un recorrido distinto de regreso. 


La vuelta, a pesar de hacerse sobre tus propios pasos, parece tratarse de un nuevo recorrido, ya que las perspectiva de la madera, la vegetación, la fauna es totalmente distinta y la forma en la que incide la luz también.





Para acceder a los Passadicos, es necesario sacar tickets por internet por valor de dos euros en el caso de los adultos, los niños no pagan, _os dejo un enlace a la web_. Hay visitas guiadas e incluso una app para Android e iOS que ofrece toda clase de información sobre la ruta y el lugar, meteorología... y que va registrando nuestro progreso según avanzamos escaleras arriba. El tiempo del recorrido total, en ida y vuelta se calcula en cinco horas, aunque es posible hacer un solo tramo y coger un taxi de vuelta al inicio.


Fue una pena no poder llegar a las conocidas escalera de Areinho, no se si me hubiera impresionado más la garganta que ha abierto el río en el paisaje durante millones de años o esas increíbles escaleras de madera que no pude ni bajar ni subir.


El recorrido forma parte de Geoprak de Arouca, reconocido por la UNESCO como Patrimonio Geológico de la Humanidad, que incluye todo el municipio. Además de la riqueza geológica y biológica existen en la zona diversos yacimientos arqueológicos de gran interés, como los megalitos de Escariz, el Castro de Sao Joao de Valinhas o el sitio arqueológico de Malafaia.


Os aseguro que el paseo se convierte en un variado viaje a través de la geología, biología y arqueología que permanece en la mente de cualquier amante de la Naturaleza y cómo no de la madera.

A pesar de que os digan que es de dificultad alta, mis peques que me acompañaron, se portaron como auténticos campeones, entusiasmados con cada planta, con cada bicho, con cada roca que encontraban. ¿Os animáis?

Entrada creada por Grupo GUBIA

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