26 de marzo de 2017

Tradición y modernidad, ladrillo y contrachapado de abedul

Son muchos los ejemplos de arquitectura en que los que la incorporación de un material contemporáneo es utilizado como sutil recurso para la intervención en el patrimonio. Os enseñamos hoy imágenes del Museo Judío de Copenhague, reconocido en 2005 con un premio de Premio de Arquitectura americano.



El Museo Judío de Copenhague se encuentra dentro de la Royal Boat House, construida por el rey Christian IV en el siglo XVII y transformada en 1906 en la Biblioteca Real, con una entrada independiente a través del jardín. Dos marcas blancas en el camino de grava de la biblioteca, conducen a la plaza pavimentada de mármol que da entrada al museo, estas marcas comienzan la conexión exterior-interior.
Su ubicación no es casual, pues como el propio arquitecto expresa, "El Museo judío danés se convertirá en un destino que revelará la tradición profunda y su futuro en el espacio sin precedentes de Mitzvah"


La masiva puerta de entrada en acero tiene inscrita la palabra hebrea mitzvah, "una buena acción", palabra en la que el proyecto, obra del arquitecto polaco-estadounidense Daniel Libeskind, se inspira.
El museo se diferencia por esto de otros museos judíos europeos, la mayoría de judíos daneses salvados del Holocausto, lo hicieron gracias a la ayuda y esfuerzo de sus compatriotas. Este acto histórico de la bondad o “mitzvá” es el concepto que guía el diseño del proyecto y se simboliza en su forma, estructura y luz.


El proyecto preserva el edificio original, entrelaza la estructura abovedada de ladrillo histórico con nuevos espacios de exposición y exhibiciones revestidos con tableros contrachapados de abedul escandinavo de color claro. La yuxtaposición de lo contemporáneo a través de este material crea un diálogo dinámico entre la arquitectura del pasado y del futuro.



Dentro del museo no hay líneas rectas. Libeskind inclina deliberadamente las paredes y el suelo de tablones de madera de roble para que los visitantes sientan que están de pie en un barco, un recordatorio de los mares cruzados por los miles de judíos en su huida de Dinamarca ocupada por los nazis. Los propios tableros de revestimiento tienen formas inclinadas y las lineas de iluminación acentúan el movimiento.


Los pasillos del museo toman la forma de las cuatro letras hebreas que componen la palabra mitzvah.
Fotos de Grupo Gubia
Entrada creada por Grupo Gubia




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