El estudio australiano de arquitectura Carr ha transformado una antigua cabaña en un hotel, en la península de Mornington, proyectando la parte nueva de edificación con una espectacular fachada de madera carbonizada e interiores oscuros destinados a recrear la atmósfera de un taller de alquimistas.
"El zinc oscuro del hotel, el revestimiento exterior de madera carbonizada y el dramático tejado a corte de sierra remiten a la histórica forma de los graneros adyacentes ya restaurados, a la arquitectura vernácula, pero con una imagen intrépida y moderna", dijo Carr.
El hotel Jackalope está situado en una región vinícola al sur de Melbourne, famosa por su producción de Pinot Noir. Este hotel de lujo se compone de antiguo edificio, una casa de campo del siglo XVIII, del estilo arquitectónico predominante en Australia desde 1890 hasta 1915 y un nuevo cuerpo que dialoga con lo antiguo mediante un lenguaje audaz y moderno.
En el exterior, una piscina infinita de 30 metros de longitud da a los viñedos circundantes y está flanqueada por un pabellón destinado a eventos especiales y restaurantes al aire libre.
Un diseño monocromático y minimalista convierte al hotel en una atractiva y sorprendente morada. Su diseño interior contrasta con el sorprendente exterior, realizándose una fusión natural entre los simétricos viñedos y su decoración sensata y formal.
La decoración interior es contemporánea pero muy sencilla a la vez, menos es más, la elegancia está servida. El color negro es la estrella del interior combinado con espectaculares lámparas doradas que penden del techo como si de globos de cristal se tratase.
Gracias a sus grandes cristaleras se consigue un diseño diáfano y en pleno contacto con la naturaleza. El color de los viñedos juega su roll, contrastando el verde exterior con el color negro de paredes, revestimientos y pavimentos interiores, todo junto a un mobiliario de ébano. La forma de los techos aportan mayor altura a los espacios. Modernas chimeneas invitan a pasar grandes ratos de relax observando el exterior.
Únicamente en el lobby es donde se han utilizado pequeñas pinceladas de colores, azul klein para la mesa de billar, fucsia en una de las alfombras y grises o dorados para ciertas tapicerías. En la cresta de los viñedos de Willow Creek y culminando el hotel se sitúa la escultura de un gran jackalope (antílope con cuernos) de siete metros de altura, que ha sido realizado por el artista Emily Floyd, después de lo cual se comprende el por qué este hotel toma dicho nombre.
En el exterior también predomina el negro, negro que se consigue con esta espectacular fachada realizada con Madera Carbonizada, que cada vez más arquitectos están utilizando, _son ya muy conocidos los proyectos de arquitectura que incorporan fachadas o carpinterías con esta técnica_.
Hace hace más de 4 siglos cuando todavía no existían técnicas avanzadas para la fabricación de elementos de madera que resistiesen de forma durable condiciones adversas como su ubicación en exterior, los japoneses encontraron una solución: quemadlas antes de su instalación, mejorando así su durabilidad y dando un nuevo aspecto de belleza, sobre todo para mejorar la resistencia de la madera en zonas costeras donde el salitre y la humedad estropeaba anticipadamente dicha madera.
La técnica ya semi-industrializada, utiliza sopletes para el quemado y según el tiempo de exposición de la llama, así como la manera en que se cepille la madera, el aspecto final puede ser muy variado. En este caso las tablas quemadas se disponen verticalmente con un grado medio de carbonización.
Nos sorprende la belleza y reflejos que se producen en la capa de carbón de la madera quemada, una imagen que cambia según la disposición de la luz sobre ella. Os animamos a seguir apostando por técnicas tradicionales sobre elementos también tradicionales pues los resultados pueden llegar a sorprender.
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