18 de octubre de 2017

Curvas de madera que invitan a la curiosidad


Oímos hablar constantemente de arquitectura que se integra en el paisaje, de urbanismo sostenible, de.... pero ¿y si se combinan los tres conceptos? Es el caso de la pasarela peatonal Onepoto, adyacente a Onewa Road, en la costa norte de Auckland.




El proyecto surge en respuesta al Protocolo de Diseño Urbano del Gobierno, una pasarela funcional que el Ayuntamiento de North Shore construye como paso seguro seguro a los peatones sobre una zona de corriente de mareas y manglares, pero que a su vez ofrece una experiencia visual, sensorial y cognitiva a sus usuarios mediante el material empleado en su construcción, madera.


La pasarela realizada con curvas de madera laminada de un solo radio es una estructura que se integra en el tejido urbano. Su situación exacta viene determinada por el tráfico de la autopista y la necesidad de respetar la vegetación y árboles nativos existentes. Históricamente el lugar era una zona de pesca indígena, de forma que metafóricamente el proyecto recuerda en su forma la espina de un pez. 


La forma orgánica del puente se procesó digitalmente en un proceso de diseño tridimensional, que comenzó con un cilindro al que tensionando sus radios en determinadas zonas, se abre irregularmente para dar lugar a la forma final. 

Para su construcción se fabricaron costillas de madera del mismo radio y diferentes longitudes que se fueron agrupando separadas 100mm entre sí, para dar forma a la forma ondulada sinuosa resultante. Las costillas no tienen una función meramente estética, sus formas, sus texturas invitan a curiosear entre los intersticios que resultan entre ellas, de forma que el paseo se convierte en un recorrido visual sinuoso del paisaje circundante a medida que se avanza por el puente. Desde la apertura central pueden vislumbrarse los pilares del antiguo puente histórico.

Por otro lado dichas costillas de madera ocultan la estructura subyacente de hormigón que salva la luz entre las dos orillas, de forma que ésta queda camuflada por la forma ondulada de la madera.


El resultado es un paseo que proporciona una experiencia distinta al peatón, una caminata entre vegetación y madera, un recorrido que recuerda la historia del lugar.

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