Volvemos a hablar de cañas de bambú como solución de fachada, en este caso con una original disposición en espiga. Un proyecto del estudio de arquitectura Vilela Florez, ubicado en un pequeño pueblo del noreste de Brasil.
¿Los clientes? Una pareja aficionada a navegar por las islas mediterráneas. ¿Los condicionantes? un presupuesto concreto de 80.000 euros y un tiempo de ejecución inferior a 10 meses.
La vivienda es simple, un volumen de habitaciones conectado mediante pasarelas con una zona de estar al aire libre y todo con un lenguaje común, el uso del bambú en su forma originaria de caña.
El volumen principal, de aproximadamente 4m de altura, está construido en hormigón. Su imagen exterior combina una sucesión de esbeltas piezas de hormigón pintadas en negro con paneles de caña de bambú, que se disponen diagonalmente de forma que uno frente al de al lado, conforman una fachada espigada muy exclusiva.
No sólo estéticamente el uso de la caña de bambú es un acierto en la vivienda, los paneles de bambú aportan sombras en el interior del volumen contribuyendo a mejorar el comportamiento térmico del edificio. La casa se orienta hacia los vientos predominantes, de formas que éstos cruzan la zona de piscina y la vegetación del jardín para entrar en las estancias, refrescando el interior y aliviándolo del fuerte calor tropical.
La sala de estar exterior se recoge lateralmente con dos muros de piedra procedentes del lugar, y se cubre con una estructura de madera con escuadrías circulares que se unen mediante ataduras de cuerda. La techumbre se reviste inferiormente con las mismas cañas de bambú de fachada.
Interiormente la casa recuerda los viajes por mar de los dueños mediante los tonos azules empleados en determinadas paredes y en la decoración, en la que también predominan elementos construidos con cañas de bambú, como este singular cabecero.
Entrada creada por Grupo GUBIA
La vivienda es simple, un volumen de habitaciones conectado mediante pasarelas con una zona de estar al aire libre y todo con un lenguaje común, el uso del bambú en su forma originaria de caña.
El volumen principal, de aproximadamente 4m de altura, está construido en hormigón. Su imagen exterior combina una sucesión de esbeltas piezas de hormigón pintadas en negro con paneles de caña de bambú, que se disponen diagonalmente de forma que uno frente al de al lado, conforman una fachada espigada muy exclusiva.
No sólo estéticamente el uso de la caña de bambú es un acierto en la vivienda, los paneles de bambú aportan sombras en el interior del volumen contribuyendo a mejorar el comportamiento térmico del edificio. La casa se orienta hacia los vientos predominantes, de formas que éstos cruzan la zona de piscina y la vegetación del jardín para entrar en las estancias, refrescando el interior y aliviándolo del fuerte calor tropical.
La sala de estar exterior se recoge lateralmente con dos muros de piedra procedentes del lugar, y se cubre con una estructura de madera con escuadrías circulares que se unen mediante ataduras de cuerda. La techumbre se reviste inferiormente con las mismas cañas de bambú de fachada.
Interiormente la casa recuerda los viajes por mar de los dueños mediante los tonos azules empleados en determinadas paredes y en la decoración, en la que también predominan elementos construidos con cañas de bambú, como este singular cabecero.
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