La
estructura está formada por 10.000 trozos de madera de Iroko que se han
colocado cuidadosamente de forma manual. Las piezas no están unidas por ningún
mecanismo ni material adicional, la escultura se mantiene en pie simplemente a
través del equilibrio y la gravedad.
La
finalidad última del proyecto era derrumbarse, un momento sorprendente para
todos los asistentes cuando todas las piezas de madera que formaban la cortina
circular se vinieron abajo como las fichas de un dominó.
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