31 de enero de 2012

Suelos de madera y sistemas de calefacción radiantes

Son numerosas las consultas que nos llegan acerca de la compatibilidad del pavimento de madera con el sistema de calefacción por suelo radiante, de ahí que hoy dediquemos nuestro post a este tema.

El suelo radiante es el sistema de calefacción que más se aproxima a la curva ideal de distribución de temperaturas, por ello cada vez es más frecuente su uso. Su funcionamiento consiste en aportar calor al líquido que circula por las tuberías alojadas bajo el pavimento, de forma que una vez que el conjunto, solera y pavimento, alcanzan una temperatura superior a la de la estancia a calefactar, se produce la cesión de calor al medio. Al ser el emisor térmico del sistema el propio suelo _con todas las capas que lo componen_ se produce una uniformidad total en la emisión no teniendo zonas calientes o frías en las estancias como ocurre con otros sistemas de calefacción. El sistema puede funcionar con cualquier tipo de fuente de energía, calderas de gasoil, de gas, bombas de calor, colectores solares o biomasa.

Cuando nos preguntamos si la madera es un pavimento compatible con el sistema de calefacción por suelo radiante hemos de tener en cuenta dos aspectos, por un lado la eficiencia de la madera como emisor y por otro la elección de la solución constructiva más idónea y el correcto cálculo del sistema (ya que se ha de tener en cuenta la conductividad térmica de todo el conjunto que compone el suelo, no únicamente la madera de acabado).

Los pavimentos de madera poseen cualidades similares a otros pavimentos de forma que la temperatura superficial en ella es homogénea, con las ventajas añadidas de que es un revestimiento que se puede colocar con menos grueso de mortero y ser un pavimento con poca inercia térmica.

Podríamos plantearnos la duda del empleo de la madera por su carácter higroscópico, es decir por intercambiar humedad con el medio provocándose fenómenos de hinchazón y merma en el propio material, pero este sistema de calefacción hace que la humedad del aire disminuya con el aumento de temperatura y esto unido a los avances en los sistemas de regulación y control ayudan a que el material se comporte de una manera bastante estable.

No obstante existen unas recomendaciones generales que favorecen el comportamiento del suelo radiante con la madera como acabado final y que podríamos resumir en el empleo de maderas estables (poco nerviosas), con densidades mayores o iguales a 650kg/m3, con una humedad de equilibrio entre el 8%-9% y encoladas a la base de forma que el adhesivo favorezca la transmisión de calor y a su vez impida el movimiento de la madera. En este sentido maderas macizas como el bambú tienen un excelente comportamiento como emisores térmicos y otras como el arce, el haya o la jatoba (siempre hablando de tabla maciza) han demostrado cierta problemática.

Según la norma UNE 56810, el sistema de colocación de parqué más adecuado para las instalaciones de calefaccion sobre suelo radiante es el parqué encolado, en cuyo caso hay que prestar especial atención a las colas, debiendo emplear colas que conserven su elasticidad después de secas y en las que su tenacidad y cohesión internas se mantengan en el tiempo, las más usadas son las de poliuretano de doble componente, silanos y epoxídicos.

Pero no siempre el parqué se coloca en contacto directo con la solera existiendo instalaciones de pavimentos de madera fijados sobre rastreles. En estos casos existen dos soluciones constructivas recomendadas, una en la que las tuberías de calefacción quedan alojadas en unos difusores térmicos, unas chapas grecadas para tal fin que se clavan sobre los rastreles y que transmiten el calor de las tuberías por contacto directo a la madera; y otra en la que los rastreles son recibidos y nivelados con mortero de cemento, quedando éste nivelado con la parte superior del rastrel. En este último caso las tuberías quedan alojadas dentro del mortero debiendo tener en cuenta el grosor de mortero para ajustar el cálculo.

Y en relación con el cálculo, ya hemos dicho que el emisor del sistema es todo el conjunto del suelo, por lo que la resistencia térmica del mismo dependerá de todos los materiales que determinen nuestro detalle constructivo: barreras de vapor, aislantes de humedad, de sonido, adhesivos, morteros, pastas niveladoras, pavimento de madera... Es muy importante por todo esto una relación directa entre los agentes que intervengan en la definición y ejecución del suelo, es decir entre la empresa que calcule e instale el suelo radiante y la empresa que suministre e instale el pavimento de madera.

Otro factor determinante y que no debe olvidarse para no comprometer el comportamiento de la madera una vez terminada la instalación es la correcta puesta en marcha de la calefacción, recomendaciones que cada farbicante indica en sus fichas técnicas.


Algunos ejemplos de suelos de madera instaladas por Grupo GUBIA: tarimas de madera maciza

3 comentarios:

  1. Hola buenos días me gustaría saber más o menos cuanto me puede costar poner algo así en mi casa. Es de 62 metros cuadrados, me gustaría saber un presupuesto aproximado

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  2. El agua es un elemento hostil, el enemigo número uno de la madera, así que nunca, nunca limpien su piso de madera con agua. Un consejo les doy porque su amiga soy.

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    1. Hola Carolina. Sentimos decirle que se equivoca acerca de su apreciación. La madera como material vivo que es, necesita el aporte de agua para permanecer en equilibrio con el medio en el que se encuentra, es por ello que limpiarla con agua, sobretodo el verano, hará que el suelo de madera no sufra contracciones demasiado acusadas.

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