Despedimos la semana con una estupenda reforma de una casa en Barcelona. Un proyecto del estudio Marcos Catalán donde se respira elegancia y calidez gracias al uso de una madera clara como el alerce en suelos, techos y algunos elementos singulares.
La altura de los edificios y las hojas de los árboles dejan pasar una luz demasiado pálida y fría, muy similar a la de los países nórdicos. En estos países el uso de la madera y las velas buscan construir un espacio doméstico más cálido.
Madera en el suelo y en el techo. Como un helado de Corte. Utilizar la calidez natural de la madera clara para modificar la percepción de la luz por rebote, de la misma manera que las pantallas de una lámpara hacen que la luz de una bombilla sea mucho más cálida y agradable. La casa Mairea de Alvar Aalto nos mostró el camino.
Quedarse un paso atrás. La convicción de que este tipo de intervenciones de interiorismo doméstico han de ceder el protagonismo a sus habitantes, al mobiliario y posesiones que irán creciendo con el paso del tiempo nos aconseja trabajar con el mínimo de recursos posibles.
El proyecto se construye pues con nada más dos materiales: la madera de alerce y el color blanco.
En algunos puntos, las puertas o el aplacado de madera de las paredes enlazan el pavimento y el revestimiento de madera del techo envolviendo el interior con un gesto que pretende ser un abrazo afectuoso y protector.
La necesidad de recibir invitados cómodamente para cenar y pequeñas celebraciones nos lleva a retocar ligeramente la distribución existente para remarcar la línea divisoria entre lo que es público y lo que es privado. La construcción de esta fachada interior da lugar a unas lamas que con un mecanismo muy sencillo permiten incorporar el comedor a la sala o segregarlo en función de las necesidades.
Más información: http://www.marcoscatalan.com
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