La antigua fábrica de cerveza Hürlimann situada en el corazón de Zürich ha sido rehabilitada para convertirla en un hotel de diseño con unos baños termales y medicinales muy particulares, y es que los clientes que quieran disfrutar de una relajada sesión de spa lo harán bañándose en antiguos barriles de cerveza situados en el sótano del hotel.
En conjunto, el carácter industrial de los edificios así como lo que había en su interior ha sido cuidadosamente preservado para ilustrar tantos años de historia ligados a la elaboración de la cerveza de la ciudad suiza.
Situada en el centro de la ciudad, esta antigua construcción de carácter industrial se ha adaptado a los nuevos tiempos y, para ello, se han aprovechado tanto las instalaciones como todo lo que había en ellas. Las antiguas tinas de madera donde antiguamente se guardaba la cerveza, caracterizadas por su gran tamaño, se han restaurado de manera que no se pierda su esencia y significado. Antiguamente llenas de cebada, ahora su interior está cubierto de agua, ya que su papel principal es el de acoger a los usuarios del spa en sus entrañas. Con el agua a diferentes temperaturas, las tinas son ahora piscinas con burbujas donde poder relajarse y disfrutar de la tranquilidad del entorno.
La combinación de la madera restaurada con la piedra histórica de los muros del spa otorga calidez al espacio. Además de las piscinas y los baños termales, también se ha utilizado la madera para la construcción de las salas de estar donde encontrar silencio y descansar bajo una luz tenue que apenas se deja intuir.
Pero la experiencia del baño relajante no acaba aquí. Tras disfrutar de la paz y la calma que se respira en el spa y los baños termales situados bajo las bóvedas, el usuario puede disfrutar del entorno al aire libre gracias a la piscina, ubicada en la azotea, un rincón íntimo desde el que se pueden contemplar unas magníficas vistas de la ciudad.
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