El local, con sólo 39m2 y una altura desmesurada, equilibra sus proporciones mediante un techo realizado por 110.000 varillas de bambú que crean un paisaje que recrea la flora de los fondos marinos. Cuidadosamente proyectado con módulos y patrones calculados para dar forma a un denso paisaje, el techo del restaurante se convierte en un auténtico espectáculo para los sentidos.
Además del techo, el proyecto incorpora otros elementos de bambú. Las 22 plazas de las que dispone el sitio se disponen dos bandas, una en la que el suelo, de bambú vertical carbonizado, parece elevarse dando lugar a bancos configurados con el mismo material y otra paralela a la pared opuesta, en la que el mismo material sirve de revestimiento en la pared y a partir del cual surge la iluminación, sutilmente integrada.
Las varillas de bambú se han dispuesto estratégicamente para favorecer la acústica, pero a la vez para crear una atractiva y sugerente imagen. El techo se extiende como una superficie continua sobre el local, extendiéndose en uno de los lados por la pared hacia las mesas, con la intención de mejorar la calidad sonora de quienes se encuentren sentados en dichas mesas.
Más allá de la importante función acústica, nos ha parecido sorprendente la imagen de este techo. Aunque pequeño, el Tider Restaurant mantiene una singularidad que lo hace distinto de otros, gracias a la combinación de materiales ecológicos como el bambú unido a ingeniosas soluciones técnicas para una mejora de las condiciones acústicas. ¡Nunca diseño y tecnología estuvieron tan de la mano!
Entrada creada por Grupo GUBIA
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