10 de abril de 2017

Un revestimiento de cedro que mimetiza con su entorno


Hoy presentamos un proyecto de vivienda social, dónde la apuesta por la madera es una apuesta sólida que garantiza la durabilidad con un diseño distinguido.

Se trata de un proyecto llevado a cabo por el estudio de arquitectura londinense de Peter Barber en el este de la capital británica. Remplazando la localización de unos antiguos garajes en desuso dentro de un terreno del ayuntamiento, se dio respuesta a la demanda de un mayor volumen de vivienda social en un entorno hostil para este tipo de edificación. El diseño y la utilización de los materiales adecuados consiguieron finalmente que este conjunto encajase a la perfección en su entorno.


El proyecto fue merecedor del Premio Nacional del Real Instituto de Arquitectura Británico 2013 para la región de Londres (RIBA National Award) por su excelencia en la arquitectura.


Su creador organiza ocho apartamentos, de perfil escalonado complejo diseñado para proporcionar espacios abiertos, con diferentes programas alrededor de un gran jardín comunitario como lugar de recreo con espíritu comunal. Las viviendas están dotadas de un gran número de sistemas en pos del mejor aprovechamiento energético y disfrute de los espacios abiertos. Varían de 4 a 6 estancias, para dar cabida a familias numerosas. Cada uno dispone de dos terrazas, incluyendo la cubierta transitable. La recolección de agua de lluvia, el reciclaje de aguas grises y las instalaciones de energía eficiente dan al complejo una naturaleza sostenible.


La elección de materiales fue crucial en el éxito de este proyecto. El revestimiento de tejuelas de madera de cedro rojo del pacífico, fue especificado por el arquitecto para ayudar al bloque de ocho viviendas a mimetizarse con esta zona industrial en actual desarrollo urbano.


La piel que le proporciona la madera mantiene la continuidad visual y permite la integración de los nuevos inmuebles dentro de la estética del entorno.


El cedro rojo, como ya os hemos contado en otras ocasiones, se convierte en una solución audaz, que demandará menos mantenimiento que otros revestimientos de madera, asegurando su durabilidad. Su color tornará a gris plata con el paso del tiempo y el juego de luces y sombras que producen estas piezas añaden textura y carácter al edificio.


En cuanto a sus credenciales medioambientales, el cedro rojo occidental tiene una huella de carbono inferior a cualquier otro material de construcción. Estudios recientes demuestran la contribución significativa de este material a la sostenibilidad global del edificio, actuando incluso como sumidero de carbono. Mas que nunca podríamos considerarlo como un revestimiento vivo.

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