“The vertical pillar extends to the far heavens. The horizontal beam extends to somewhere unknown.
People dwell where the vertical and the horizontal intersect, awed by trees, fearing beasts and groping for their coordinates.” Shuntaro Tanikawa
Cuatro gruesos muros de piedra son los elementos preexistentes de una antigua casa rural, con los que el arquitecto Filipe Paixão articula interiormente, de una manera muy elegante, esta estructura de madera de pino.
No todo son inmensos proyectos dotados de complejas estructuras y diseños arquitectónicos los que nos dejan boquiabiertos, a veces pequeñas intervenciones en la que se cuidan minuciosamente los materiales, el diseño y la composición, logran un resultado incluso más espectacular. En esta ocasión hablamos de un proyecto en el que la idea principal nace del entorno que le rodea, la casa
Como una caja abierta al cielo, estos pesados muros de piedra encierran un volumen virtual y ligero de madera de pino, una estructura que crea en el interior de la caja dos niveles, que crean un rico juego de volúmenes y dobles alturas.
Una robusta estructura de madera de pino, formada por pilares de 100x100 mm y vigas de 100x200mm construyen los ‘huesos’ de esta coqueta vivienda, expandiéndose verticalmente y traspasando la casa en toda su dimensión, dividiendo y jerarquizando el espacio.
Las áreas habitables ocupan los intersticios de esta geometría claramente definida de pilares y vigas de madera. Los espacios privados que requieren cerramiento e intimidad, como dormitorios y baños, tienen lugar en tres volúmenes independientes embuidos en la estructura, colgando del techo. Las áreas sociales se desarrollan en la planta baja, organizadas alrededor de los pilares, enfatizando un sentido de continuidad funcional y visual.
Fotógrafo: Ricardo Oliveira
Entrada creada por Grupo GUBIA
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