Hoy os hablamos de un libro, "El Elogio de la Sombra" de Junichiro Tanizaki, de nuestros recuerdos infantiles, de casas patio, de secciones escalonadas, de filtros visuales y como no... de madera.
Se trata de la propuesta presentada por Betillon / Dorval-Bory Architectes para el concurso de ocho viviendas en Tomisato, Chiba, Japón.
Las ocho viviendas se agrupan entorno a un patio y a su vez se elevan del terreno, permitiendo que el paisaje fluya bajo ellas, creando espacios de acceso y espacios para estacionar vehículos.
La propuesta es una reflexión sobre los temas comentados al inicio. Ocho viviendas que se convierten en toda una experiencia, en un juego donde las paredes desaparecen para dar paso a unos espacios habitables donde la cubierta es protagonista. Espacios rodeados de vigas de madera de gran canto, con escasa separación entre ellas, que constituyen una cálida celosía interior. Un interesante juego de luces y sombras sobre el blanco espacio, un filtro a la calle que confiere privacidad a los habitantes. Una interpretación moderna de los altillos de madera donde muchos hemos pasado gran parte de nuestra infancia. Vivir la cubierta...
Pero esta construcción sin paredes contribuye también a mejorar la inercia térmica de la casa. No hay cambios de temperatura por niveles, sino que todas las estancias están aisladas por igual.
Interiormente las viviendas se organizan con un núcleo central que concentra las funciones de cocina, baño y almacenaje, de forma que el resto del espacio fluye alrededor de él.
Las ocho viviendas se agrupan entorno a un patio y a su vez se elevan del terreno, permitiendo que el paisaje fluya bajo ellas, creando espacios de acceso y espacios para estacionar vehículos.
La propuesta es una reflexión sobre los temas comentados al inicio. Ocho viviendas que se convierten en toda una experiencia, en un juego donde las paredes desaparecen para dar paso a unos espacios habitables donde la cubierta es protagonista. Espacios rodeados de vigas de madera de gran canto, con escasa separación entre ellas, que constituyen una cálida celosía interior. Un interesante juego de luces y sombras sobre el blanco espacio, un filtro a la calle que confiere privacidad a los habitantes. Una interpretación moderna de los altillos de madera donde muchos hemos pasado gran parte de nuestra infancia. Vivir la cubierta...
Pero esta construcción sin paredes contribuye también a mejorar la inercia térmica de la casa. No hay cambios de temperatura por niveles, sino que todas las estancias están aisladas por igual.
Interiormente las viviendas se organizan con un núcleo central que concentra las funciones de cocina, baño y almacenaje, de forma que el resto del espacio fluye alrededor de él.
Más información:
http://www.archdaily.com/241902/roof-house-proposal-betillondorval%E2%80%90bory-architectes/view-main-exterior/
No hay comentarios:
Publicar un comentario