Son frecuentes las intervenciones en edificios de madera en los que sus elementos se recuperan, refuerzan o incluso se sustituyen por otros de similares características, pero esta rehabilitación ha despertado en nosotros especial interés. Aquí la madera nueva crece dentro de la cáscara existente para consolidarla creando intersticios de gran riqueza espacial.
Es la casa C, un proyecto de Camponovo Baumgartner Architekten, fruto de la rehabilitación de un antiguo granero de madera situado en Reckingen, en los Goms. Esta pequeña aldea de la región de Valais-Gluringen, en Suiza, está formada por pequeñas edificaciones de madera oscura aislada, que contrastan con la blanca iglesia barroca, de enorme tamaño en comparación con ellas.
El edificio objeto de rehabilitación, con más de 100 años de antigüedad, estaba protegido obligando ello a conservar su fachada exterior. Gruesas escuadrías de madera de alerce oscura conforman la imagen exterior de la vivienda, una cáscara que cuenta el paso de los años a través del envejecimiento natural de la madera, una cáscara perforada desordenadamente por huecos, que permitían en su origen ventilar los usos en que se dividía la construcción.
Compositivamente, el antiguo granero funcionaba como dos unidades independientes: en planta baja el establo y en la planta primera la zona de heno. La nueva vivienda se desarrolla en esta segunda zona, manteniéndose separada del sótano, donde unos dobles pilares de madera de alerce unidos superiormente refuerzan la tablazón original.
Una segunda piel interior más clara, formada por tableros contrachapados de abedul en paredes y techos, nace unida a la exterior. Esta piel se encoge en dos puntos y en toda su altura retranqueándose de la fachada, conformando el espacio de entrada y una logia ligada a la zona de estar. Estos espacios a doble altura permiten reconocer la altura y estructura de madera originales.
La piel de abedul se acristala en distintas zonas creando interesantes relaciones visuales entre los espacios interiores y exteriores. Es como si madera nueva y vieja se miraran con recelo.
Dentro de dicho revestimiento de abedul se integran estanterías, puertas y armarios configurando una única unidad, donde el suelo termina de completar la envolvente, un suelo formado por grandes tablones de alerce del lugar.
En cuanto a la distribución interna de la vivienda, los pequeños espacios privados, dormitorios, se unen como nichos a la zona de estar. El muro central, original de la vivienda, se perfora con el fin de desarrollar un recorrido en espiral donde las habitaciones cambian de tamaño, orientación y altura.
La escalera original, utilizada originalmente para llevar el heno al establo, se utiliza ahora como la escalera de acceso a la casa.
Tejas de madera de alerce sin ningún tratamiento de acabado se usan para la nueva cubierta de la edificación.
(imágenes y planos vía)
Entrada creada por Grupo GUBIA
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