17 de noviembre de 2015

La transformación de un espacio con puertas correderas


Un espacio no tiene por qué ofrecer un único uso. Lo hemos comentado en más de una ocasión en este mismo blog. De hecho, muchos de los más interesantes proyectos de arquitectura e interiorismo se caracterizan precisamente por todo lo contrario: por conseguir, mediante sencillos mecanismos o estructuras arquitectónicas, que un ambiente disponga de varias funciones y utilidades. Algo, por otra parte, cada vez más apreciado y recurrente en las grandes ciudades dónde los metros cuadrados escasean y es por ello imperativo aprovecharlos al máximo. 




Ejemplo de esto es este proyecto -Tsukiji Room H- desarrollado por el estudio de arquitectura Yuichi Yoshida & associates con sede en Tokio, Japón. Las necesidades funcionales que deben cubrir allí los espacios son las que han potenciado la exigencia, en este caso, de crear un oficina que se convierta, también, en vivienda privada. Y todo, ¡en tan sólo 47 metros cuadrados! ¿Cómo se ha logrado el objetivo?... Con un sencillo sistema modular de puertas correderas acabadas en madera de haya a través del que los arquitectos han logrado articular los dos usos. 
Gracias a este sistema de cerramientos móviles se crea, en el centro del espacio, una caja que oculta o deja a la vista la zona de dormitorio. Cuando las puertas se abren la cama queda integrada en la zona central y el espacio adquiere carácter de vivienda; al cerrarse, una nueva configuración con un cubículo en esquina aparece, dando cierta formalidad y orden al mismo para su otra función de oficina. 


La continuidad entre el pavimento de la caja de madera y su entorno, un parquet de haya colocado a modo de damero, sólo se ve interrumpida por un sistema de guías correderas muy estudiado. Inferior y superiormente piezas lineales de madera maciza ranuradas, hacen las veces de guiadores a los tetones que las puertas poseen en ambos extremos. Recogidas, las tres puertas de cada lado quedan integradas sutilmente en los paramentos verticales, mientras que desplegadas dan lugar a una limpia caja de madera, interrumpida sólo por los tiradores a modo de uñeros. 


Tras la caja-dormitorio se ha dispuesto un baño, así como una zona de almacenaje y otra estrecha para la cocina que dan servicio al espacio en sus dos funciones. 


¿No os sorprende lo mucho que puede cambiar un espacio con unas sencillas puertas correderas de madera? Os recordamos que en Grupo GUBIA las hacemos a medida.  (Vía)

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