En el campo de la arquitectura, la madera se posiciona cada vez más como un material que no solo aporta calidez y estética, sino también como un recurso sostenible y de alto rendimiento. La reciente intervención realizada en el salón social del Club Náutico de Sevilla es un ejemplo destacado del potencial de la madera para transformar un espacio. Esta obra, diseñada originalmente en 1966 por el arquitecto Antonio de la Peña Neila, ha sido rehabilitada con un enfoque en la actualización y adaptación de las exigencias contemporáneas sin perder su esencia original.
Uno de los principales objetivos de la intervención fue devolver al edificio su carácter diáfano y abierto, respetando la concepción inicial del proyecto. El patio central, que había sido obstruido por elementos no originales como aseos, se recuperó para reconfigurar el flujo natural del espacio. En esta intervención, la utilización de la madera como un material clave ha permitido aportar una identidad renovada al salón, integrando lo mejor de lo contemporáneo sin olvidar la importancia de mantener una conexión con el diseño original.
El techo de listones de madera que enmarca la zona alrededor del patio no es solo un elemento decorativo, sino también un recurso arquitectónico que aporta calidez y delimita el espacio. Este uso de la madera en el techo establece una sensación de intimidad y recolección, creando una atmósfera acogedora en una zona que, de otra manera, podría parecer demasiado abierta o fría. La elección de este material refuerza la identidad del salón social, añadiendo naturalidad y coherencia a la renovación.
Otro aspecto relevante de esta intervención es la mejora de la relación entre el interior y el exterior del salón. La madera, combinada con otros materiales como la piedra y el vidrio, juega un papel crucial en suavizar la transición entre ambos espacios. El salón, abierto hacia el río Guadalquivir a través de grandes ventanales, conecta visualmente con el paisaje natural, y la extensión de la cubierta zigzagueante refuerza esa conexión. El pavimento continuo entre el interior y la terraza, acompañado por detalles en madera, hace que los límites entre estos dos ambientes se difuminen.
Este diseño promueve una experiencia fluida y cohesiva, donde la madera, como material natural, actúa como un puente entre el edificio y su entorno. La terraza, anteriormente en desuso, ha sido revitalizada con una barandilla de vidrio y pavimento continuo, lo que la convierte en una extensión funcional y estética del salón social.
Entrada creada por: Grupo GUBIA
Fuentes: Fernando Alda / © PÉREZ-ELLIOT ARQUITECTOS
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