Una tarima de madera de wengué dispuesta sobre la solería existente y una carpintería de madera lacada en blanco integrada en las también blancas paredes, constituyeron la envolvente de partida para trabajar en la reforma de este apartamento en el centro de Sevilla.
Nuestros clientes _una pareja recién casada con un apretado programa_, y la situación del grueso muro de carga que dividía el reducido espacio del que disponíamos para trabajar, tan solo 63m2, nos condujeron a una funcional redistribución de los espacios.
La decisión de crear una cocina, diseñada hasta en su último detalle, totalmente abierta a la zona de estar, fue la que nos permitió dotar a la vivienda de un amplio espacio que incorpora todos los rincones propios de una vivienda de mayor superficie: estar, zona de comedor _y a la vez zona de trabajo_ y cocina. Este único espacio es a su vez distribuidor de los dormitorios y baños requeridos, pero amueblado de forma que nunca esta función interfiere con las funciones propias de la estancia principal.
De hecho las puertas de entrada a estas estancias más privadas,se diseñaron de suelo a techo, lacadas en blanco, ocultas a veces en revestimientos de madera también lacados como el de la entrada _donde un par de espejos ocultan el cuadro eléctrico y una tapa de registro de electricidad_ y rasantes con los tapajuntas para pasar desapercibidas en las propias paredes.
Solo unos detalles bastaron para dar vida a la nueva envolvente revestida en blanco y negro, un mostrador de acero apoyado en una lámina de vidrio, una hornacina retroiluminada cubierta con un fragmento de un cuadro de Kandinsky y una mesa lacada en rojo. Tres pinceladas de diseño pensadas para crear un ambiente acogedor sin renunciar a un estilo actual y minimalista.
En un espacio de dimensiones tan ajustadas cualquier rincón es aprovechado como lugar de almacenamiento. El revestimiento de fondo de la cocina y zona de comedor es conformado por una cuadrícula de puertas sin tiradores _con sistema de apertura clic-clac_ que esconden enseres y pertenencias diversas, y donde destacan cuatro puertas de vidrio lacado en blanco.
El diseño del armario en el dormitorio principal sigue la misma idea de albergar enseres y enmascarar a su vez el acceso al baño principal.
En el cuarto preparado para los pequeños la idea es contraria y el armario sale de la pared como un volumen que en este caso se laca en gris plata.
Los dos baños se han revestido en suelos y paredes con materiales pprcelánicos, empleando estratégicamente vidrios y espejos para dar mayor amplitud a estos pequeños espacios.
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